25 de julio de 2016

LA OTRA VERDAD DE LA MASACRE EN NOCHIXTLÁN

El periodista Carlos Fazio escribió en La Jornada: La concepción de instaurar una zona de exclusividad geopolítica que integrara a Canadá, EU y México, tuvo como primer paso la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Y desde la entrada en vigor de éste, el primero de enero de 1994, EU ha venido desplegando una renovada estrategia de apropiación neocolonial de México. La mañana del 23 de octubre de 1995, el entonces jefe del Pentágono, William Perry, dijo ante la plana mayor del Ejército Mexicano que entre Estados Unidos  y México existían fuertes lazos políticos y económicos, pero que faltaba un tercer vínculo, el militar. A partir de entonces, promovida por Washington, la estrategia para justificar una mayor injerencia militar fue jalar de los hilos de la corrupción, el narcotráfico, el lavado de dinero, la deuda externa y los créditos condicionados del FMI y el Banco Mundial con la finalidad de provocar una profunda desestabilización en México.

Enclavada en el corazón de la primera zona económica especial (uno de los tantos territorios que Peña Nieto ya vendió a las transnacionales), Asunción de Nochixtlán es una pequeña localidad que conecta la región mixteca con la supercarretera Tehuacán-Oaxaca, una vía estratégica que fue bloqueada con barricadas desde el 13 de junio por maestros de la CNTE, zona de gran importancia geoeconómica para las corporaciones trasnacionales que debía ser ‘salvada y liberada’ no sólo de las exigencias del magisterio democrático, si no de un gran número de disidentes que pudieran sumarse en favor de no ser despojados de sus tierras. EN NOCHIXTLÁN, COMO ANTES EN TLATLAYA, IGUALA, APATZINGÁN Y TANHUATO, LA OFENSIVA NEOCOLONIAL DE LA MAQUINARIA DE GUERRA ESTATAL REPRESENTA EL LUGAR EN EL QUE LA SOBERANÍA CONSISTE, FUNDAMENTALMENTE, EN EL EJERCICIO DE UN PODER AL MARGEN DE LA LEY Y DONDE LA “PAZ” SUELE TENER EL ROSTRO DE UNA “GUERRA SIN FIN”.

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